jueves, 24 de abril de 2014

Radio San Gabriel (Bolivia)


En Bolivia, la experiencia de radios con orientación popular se inicia con las famosas radios mineras, en los años 50 del siglo pasado. La Iglesia Católica tomó esta experiencia, como también la de radio Sutatenza de Colombia, y creó la Radio Pío XII. Pero los sacerdotes de la orden Maryknoll que trabajaban a orillas del lago Titicaca, crearon Radio Peñas dirigida a captar la audiencia de las comunidades aymaras, una de los mayores grupos étnicos de ese país altoandino. El énfasis de la emisora estaba en el adoctrinamiento y la educación radiofónica.
En 1972, la emisora fue donada al Arzobispo de La Paz, que la entregó a la Hermandad de las Escuelas Cristianas. Ubicada en la principal ciudad del país, la emisora cambió de nombre por el de Radio San Gabriel, convirtiéndose en el único medio de comunicación de identificación plena con el pueblo aymara, involucrando en su labor educativa a los propios beneficiarios. Para el efecto se generó una red de centros de capacitación, IRAS, que ofrece a miles de campesinos talleres diversos enfocados a promover el desarrollo rural. En 1980, esto fue considerado como agitación subversiva por el gobierno militar de entonces y la estación fue asaltada y destruida, aunque no se canceló su funcionamiento.
En la actualidad, la radio se caracteriza porque su producción se realiza de manera colectiva, acorde con el espíritu de las comunidades indígenas, y porque su ‘staff’ son campesinos, que participan parte del año en la producción agrícola de sus comunidades. Esto la ha convertido en la experiencia de mayor éxito de comunicación rural, y ha estimulado el desarrollo de otras experiencias con el mismo propósito: estimular a los campesinos a asumir el rol de liderazgo como comunicadores en sus propias lenguas, para revalorar su identidad y cultura para la generación de su propio desarrollo.
Un caso destacado es el de la radio San Miguel, localizada en la ciudad de Riberalta, en la selva fronteriza con Brasil. La emisora fue establecida en 1968 por los padres Maryknoll para superar el aislamiento de las poblaciones campesinas. Para mantener las relaciones entre la emisora y su audiencia, los promotores emplean la estrategia de transmitir sus programas desde los mismos lugares de vida de sus oyentes.
Las emisoras católicas no confesionales de Bolivia están agrupadas en la red ERBOL (Educación Radiofónica de Bolivia) que produce programas de alcance nacional, por lo que es considerada la más grande y productiva de la red de radios educativas del continente.
Radios campesinas
En Bolivia también se da el fenómeno ejemplar de la producción de programas campesinos en lenguas nativas (quechua, aymara, guaraní) de producción independiente, que se transmiten a través de espacios alquilados a las emisoras comerciales. Estos programas se financian a través de la venta de publicidad a pequeños anunciantes y el servicio de avisos demandados por los propios oyentes, como una forma de intercomunicación personal.
La predilección de la población rural por la radio, impulsó a las organizaciones de productores a generar sus propias emisoras, como radio Yaruk Molino establecida en 1985 en la provincia de Carrasco del estado de Cochabamba, creada por el Sindicato Sub-Central de Campesinos de Yuraq Molino y financiada por las 27 organizaciones que lo conforman.
Los líderes del ayllu (comunidad) de Chayantaka, en San Luis de Potosí, compuesta por 10 000 campesinos, decidieron poner fin a su aislamiento y subdesarrollo, estableciendo a mediados de 1990, un proyecto de desarrollo rural: una estación de radio por medio del aporte de los campesinos de productos agrícolas. La radio fue llamada Mallku Kiriya (La voz del Señor), en honor a su divinidad tutelar, la más alta montaña de la zona. Todos los miembros de la estación son campesinos y como no pueden abandonar sus chacras, sólo transmiten los fines de semana hasta que logren capacitar a jóvenes voluntarios para que operen la estación diariamente.
Estas experiencias de comunicación radial en el continente sirvieron, y aún sirven, de base para la incorporación en el medio rural de nuevas tecnologías de información y comunicación, como el vídeo e internet. La experiencia pionera del uso de audiovisuales se hizo en los años 70 en Perú con el CIESPAC, con la colaboración de la FAO, que más tarde la replicó en Centroamérica, África y Asia. El uso de internet, iniciado a fines de los años noventa, se encuentra aún limitado por la carencia en infraestructura de telecomunicaciones en las zonas rurales de América Latina.

2 comentarios:

  1. Interesante este tipo de radio, que tiene como principal intención hacer partícipes a los indígenas y cambiar el modelo de opresión y castigo al que nos lleva el modelo capitalista.

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  2. En países como Bolivia donde se toma como prioridad la cultura y la labor social es muy común ver este tipo de proyectos radiales comunitarios que apoyan y fortalecen la libertad de expresión, serìa bueno que en nuestro país Colombia se resalte más este tipo de medios y se elimine la desigualdad rescatando nuestras raíces y culturas que poco a poco se han venido perdiendo.

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