En Bolivia, la experiencia de radios con orientación
popular se inicia con las famosas radios mineras,
en los años 50 del siglo pasado. La Iglesia
Católica tomó esta experiencia,
como también la de radio Sutatenza de
Colombia, y creó la Radio Pío
XII. Pero los sacerdotes de la orden Maryknoll
que trabajaban a orillas del lago Titicaca,
crearon Radio Peñas dirigida a captar
la audiencia de las comunidades aymaras, una
de los mayores grupos étnicos de ese
país altoandino. El énfasis de
la emisora estaba en el adoctrinamiento y la
educación radiofónica.
En 1972, la emisora fue donada al Arzobispo
de La Paz, que la entregó a la Hermandad
de las Escuelas Cristianas. Ubicada en la principal
ciudad del país, la emisora cambió
de nombre por el de Radio San Gabriel, convirtiéndose
en el único medio de comunicación
de identificación plena con el pueblo
aymara, involucrando en su labor educativa a
los propios beneficiarios. Para el efecto se
generó una red de centros de capacitación,
IRAS, que ofrece a miles de campesinos talleres
diversos enfocados a promover el desarrollo
rural. En 1980, esto fue considerado como agitación
subversiva por el gobierno militar de entonces
y la estación fue asaltada y destruida,
aunque no se canceló su funcionamiento.
En la actualidad, la radio se caracteriza porque
su producción se realiza de manera colectiva,
acorde con el espíritu de las comunidades
indígenas, y porque su staff
son campesinos, que participan parte del año
en la producción agrícola de sus
comunidades. Esto la ha convertido en la experiencia
de mayor éxito de comunicación
rural, y ha estimulado el desarrollo de otras
experiencias con el mismo propósito:
estimular a los campesinos a asumir el rol de
liderazgo como comunicadores en sus propias
lenguas, para revalorar su identidad y cultura
para la generación de su propio desarrollo.
Un caso destacado es el de la radio San Miguel,
localizada en la ciudad de Riberalta, en la
selva fronteriza con Brasil. La emisora fue
establecida en 1968 por los padres Maryknoll
para superar el aislamiento de las poblaciones
campesinas. Para mantener las relaciones entre
la emisora y su audiencia, los promotores emplean
la estrategia de transmitir sus programas desde
los mismos lugares de vida de sus oyentes.
Las emisoras católicas no confesionales
de Bolivia están agrupadas en la red
ERBOL (Educación Radiofónica de
Bolivia) que produce programas de alcance nacional,
por lo que es considerada la más grande
y productiva de la red de radios educativas
del continente.
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Radios campesinas |
En Bolivia también se da el fenómeno
ejemplar de la producción de programas
campesinos en lenguas nativas (quechua, aymara,
guaraní) de producción independiente,
que se transmiten a través de espacios
alquilados a las emisoras comerciales. Estos
programas se financian a través de la
venta de publicidad a pequeños anunciantes
y el servicio de avisos demandados por los propios
oyentes, como una forma de intercomunicación
personal.
La predilección de la población
rural por la radio, impulsó a las organizaciones
de productores a generar sus propias emisoras,
como radio Yaruk Molino establecida en 1985
en la provincia de Carrasco del estado de Cochabamba,
creada por el Sindicato Sub-Central de Campesinos
de Yuraq Molino y financiada por las 27 organizaciones
que lo conforman.
Los líderes del ayllu (comunidad) de
Chayantaka, en San Luis de Potosí, compuesta
por 10 000 campesinos, decidieron poner fin
a su aislamiento y subdesarrollo, estableciendo
a mediados de 1990, un proyecto de desarrollo
rural: una estación de radio por medio
del aporte de los campesinos de productos agrícolas.
La radio fue llamada Mallku Kiriya (La voz del
Señor), en honor a su divinidad tutelar,
la más alta montaña de la zona.
Todos los miembros de la estación son
campesinos y como no pueden abandonar sus chacras,
sólo transmiten los fines de semana hasta
que logren capacitar a jóvenes voluntarios
para que operen la estación diariamente.
Estas experiencias de comunicación radial
en el continente sirvieron, y aún sirven,
de base para la incorporación en el medio
rural de nuevas tecnologías de información
y comunicación, como el vídeo
e internet. La experiencia pionera del uso de
audiovisuales se hizo en los años 70
en Perú con el CIESPAC, con la colaboración
de la FAO, que más tarde la replicó
en Centroamérica, África y Asia.
El uso de internet, iniciado a fines de los
años noventa, se encuentra aún
limitado por la carencia en infraestructura
de telecomunicaciones en las zonas rurales de
América Latina.
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jueves, 24 de abril de 2014
Radio San Gabriel (Bolivia)
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Interesante este tipo de radio, que tiene como principal intención hacer partícipes a los indígenas y cambiar el modelo de opresión y castigo al que nos lleva el modelo capitalista.
ResponderEliminarEn países como Bolivia donde se toma como prioridad la cultura y la labor social es muy común ver este tipo de proyectos radiales comunitarios que apoyan y fortalecen la libertad de expresión, serìa bueno que en nuestro país Colombia se resalte más este tipo de medios y se elimine la desigualdad rescatando nuestras raíces y culturas que poco a poco se han venido perdiendo.
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